sábado, 22 de marzo de 2008

Nuestro consciente está chiquito. Y aún así no acepta callarse. NO SOMOS NADA. Nuestra muerte absorberá un día el tufo impronto de nuestro corretear y de todo ello no podemos ni sabemos decir nada. Ante lo desconocido lo mejor es conocerse y para conocerse no hace falta hablar, escupir ingratitudes....Somos solo un hilo perdido de la causa original. ¿Qué sentido veis a creerse algo, amargadas criaturas?